Una expresión de valentía y reconocimiento

Porque la universidad es otra cosa. 

Ellos, mis órganos, que se alternan hoy en el dolor y ayer lo hacían en la praxis cotidiana mental y física y que a pesar del tiempo en que conmigo han convivido para ser lo que he sido y soy, siguen aportándome para yo, seguir aportando:

A ellos, mi gratitud eterna.

Mientras tanto y como reconocimiento por su entrega a lo que me han permitido ser y hacer, entrego el dolor cotidiano que hoy padezco y que es propio de la caducidad humana, por representar para mi, más que pesar, orgullo y prueba de reciedumbre que se mantendrá hasta el clímax propio de todo privilegiado por ser, un ser viviente.

Mientras otros se lamentan, mi reacción es favorable. De las limitaciones y el dolor, me burlo y reto, porque me hacen crecer e invitan a otras/os a imitar mi proceder para que, como yo, reten al futuro y le afirmen que no hay retroceso en quienes, de su reciedumbre se enorgullecen y hacen gala.

A los que no se detienen en el camino, se les teme. ¿Cómo combatir a quienes no conciben la derrota? Ellos, solo conocen el norte cuyo punto final, es la meta propuesta que no se negocia.

Los órganos que me acompañan han hecho historia de complemento en la historia que he construido y que me pertenece.

Ellos, se acostumbraron a continuar como complemento de mi existencia y aunque, tanto ellos como yo, estamos conscientes de que el tiempo que se va no vuelve, se alegran también como yo, porque cuando un tiempo se retira, permite que otros se arrimen abriendo oportunidades de futuros.

El trayecto vivido, ha sido sigilosamente concebido.

Ha sido un reto de crecimiento que he aceptado y combatido porque, las respuestas oportunas de mi composición orgánica, ha sido de grandes satisfacciones. 

Entonces, ¿por qué quejarme ahora que la respuesta se encuentra limitada por la merma de la fortaleza que mis órganos mostraban antes y de la que con orgullo disfruté?

“cuando muchos aceleran su clímax, mostrando su cobardía, 

otros, alargan su existencia terrenal, por la reciedumbre que poseen”.

Dr. Pablo Valdez