Las campanas lloran hoy por ti y también por mi
Hoy, ¿qué decir? Si tanto tú como yo, pudimos estar allí, y si hubiera sido así, no estuviéramos aquí. Entonces rememoremos tanto a uno como al otro, ubicándonos en el tiempo de las posibilidades y, obviemos divergencias, acusaciones y exclusiones que también obvian la pasión humana y:
“No preguntes por quién doblan las campanas; están doblando por ti”.
A ellas, has de prestar oídos y atención. Ellas, no solo anuncian buenas venturanzas y bienaventuranzas, también presagian calamidades: “Hoy por ti, mañana por mí”.
A los que nos dejaron, que sean recibidos por el hacedor humano. A los que padecen las consecuencias físicas por lo ocurrido, que la sangre del que vino a aportarla por el mundo, los bañe y los recupere satisfactoriamente y que los que hoy sufren las pérdidas de sus seres queridos, la consolación y la Paz que él nos trajo, habite entre ellos y nosotros.
La paz os dejo, mi paz os doy; yo no os la doy como el mundo
la da. No se turbe vuestro corazón, ni tenga miedo.
• Juan 14 27
Dr. Pablo Valdez
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