El valor de la resistencia institucional

Porque la universidad es otra cosa.


Un cuestionamiento permanente de los equidistantes institucionales, es que nuestra comunidad y muy específicamente, la estudiantil, es contestataria y resistente y si ser contestatario y resistente es la imagen de nuestra comunidad, es también la de los mayores aportes intelectuales, éticos y morales.

Bendita sea la juventud y toda la comunidad universitaria, que es capaz de ejercer el don de expresar con valentía las ideas y los sentimientos con relación a toda imposición de su entorno externo. Esa es la resistencia a admirar de la academia, porque la comunidad que no se expresa es muda y en consecuencia, no se hace sentir ni aporta nada.

“La resistencia es, como una actitud de autodefensa siempre, ante cualquier novedad, ante cualquier cosa. Yo sospecharía cuando, ante algo, no haya alguna resistencia”.

 “Un congreso sin resistencia es, ni más ni menos, que una escuelita primaria, no más”.

                            Papa Francisco


Si ciertamente, el Papa Francisco considera a un congreso sin resistencia ni más ni menos que como una escuelita primaria, una academia silente y amordazada, no es más que un pensamiento secuestrado con el agravante de la imposibilidad de una liberación mental oportuna.

Ha de ser de orgullo, que como academia, haya la consideración de realizar esfuerzos para, no sólo ser contestatarios en el presente, sino además, seguir cimentando un entorno institucional de producción de jóvenes para el futuro, que extrapolen lo que internamente le preocupa con relación a lo que el entorno le quiere imponer.

“Creo en los cafés, en el diálogo, creo en la dignidad de la persona, en la libertad. Siento nostalgia, casi ansiedad de un infinito, pero humano, a nuestra medida”.

                            Ernesto Sábato

 

Dr. Pablo Valdez

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