¿Focalizando un liderazgo?

Porque la universidad es otra cosa. 



Cuando ante el amigo, me quejé de tantas responsabilidades que permanentemente asumo, él me expresó una contundente respuesta, diciéndome “ese es el costo del liderazgo”.

Esa respuesta, fue una invitación a la reflexión. Si ciertamente, ser líder tiene un costo, éste es a consecuencia de que los que te llevan a asumir responsabilidades y retos, son los mismos, que te hacen líder en un reconocimiento que, muchas veces, es inmerecido.

Si ser líder fuera un concepto valorado en su justa dimensión, no existiera el dicho: “si quiere saber quién es Carlitos, dale un carguito”.

El liderazgo regional de la ingratitud, que no reconoce a quienes lo han construido, ha llevado a la América Latina y a la Región Caribeña, a ser la de mayor desigualdad social debido al liderazgo contemporáneo que, en la búsqueda del “tesoro perdido” ha olvidado el concepto de la distribución equitativa de las riquezas que producen los Estados.

El costo del liderazgo quizás no sea como afirma el amigo, el que lleva a la adopción de responsabilidades en el ejercicio práctico gerencial, sino en dar respuesta de satisfacción de las necesidades comunitarias que lleve, a cerrar la brecha de la desigualdad social para que en vez de los pocos tener mucho, como es la norma, haya muchos, que no tengan tan poco.

La focalización de un verdadero liderazgo, debe ser la antítesis del maltrato, la opulencia, la exclusión y la discriminación; debe ser la expresión del comportamiento de la sensibilidad y la indulgencia y básicamente, el reconocimiento de que todo tiene su razón de ser, en las gentes, sus actitudes y su comportamiento.

“Tú no inspiras a tus equipos mostrándoles lo grandioso que eres. Tú los inspiras enseñándoles lo grandiosos que son ellos para ti”

Robyn Benincasa

 

Dr. Pablo Valdez

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