Las huellas del liderazgo
Porque la universidad es otra cosa.
La acreditación personal, posee una
errónea calificación cuando se afirma que sus huellas son producto de la opulencia en la demostración de un
liderazgo producto del mentís informativo que, en la actualidad, importantiza
lo que se dice y no la veracidad de lo dicho.
Penetrando hacia la incidencia
personal, que valora el concepto humano, se desmiente la afirmación de que el
liderazgo se construye en la oferta de la mentira, cuando el verdadero valor
hacia el liderazgo está en la doble vía compromisaria del valor humano de uno y
el otro, que solo aquellos, que conocen que en todo lo posible, no hay mayor
incidencia, que la de hombres y mujeres comprometidos/as en el logro de metas
definidas.
Los que venden imágenes perceptivas con
la finalidad de impactar psicológicamente en un entorno que valora las ideas
factibles y los comportamientos colaborativos de crecimiento colectivo, pierden
de vista que, como afirma el gurú de las estrategias gerenciales, James Hunter,
“las mejores intenciones del mundo, reunidas todas, no valen nada si no van
seguidas de acciones”.
Si no hay la capacidad de mostrar, al
caminar por la vida, acciones verdaderas, que convenzan de que en la posteridad,
los pasos a dar, serán de reales contribuciones de crecimiento humano en
términos sociales, morales y éticos, económicos, intelectuales y académicos, el
futuro prometido, es una contingencia de posibles frustraciones, que nadie está
obligado a asumir.
“Le atribuyo al/a la académico/a un
valor del que no hay duda de su exclusividad, en la perceptividad que posee
para detectar la máscara de la mentira, aunque ésta luzca extremadamente
atractiva”.
Dr. Pablo Valdez
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