Sin olvidar el recuerdo

Porque la universidad es otra cosa.

“Como no olvido lo que recuerdo, lo recuerdo todo para no olvidar nada y así, al no olvidar nada, lo recuerdo todo”.

La memoria que poseo tiene una ventaja, y es que ella, por no ser semáforo y, además, no le preocupa serlo, tiene un solo color para ambas vías de la circulación humana.

Tiene, mi mente, una ventaja y es que puedo usarla, no solo para recordar las cosas buenas que me suceden y/o me hacen, sino también, el camino tortuoso que me hacen transitar.

De todas formas, la prerrogativa es mía si deseo hacer recordar en un momento u ocasión, que recuerdo el hecho o, si por el contrario, hago asumir que olvido algo que, por su relevancia positiva o negativa, nunca olvidaría.

El que asuma mi olvido y/o recuerdo, que se duerma en sus laureles, yo mientras tanto y convenientemente, hago de la memoria, la exclusividad del recuerdo, porque ella es una sola y por ser una sola, determina el momento, la hora y la ocasión, para demostrar que lo que se recuerda, no se olvida y por no olvidarse, debe administrarse oportunamente.

Ahora, no olvido porque recuerdo y recuerdo para no olvidar, siendo oportuno cuando decida recordar a los demás, que si no olvido, es precisamente, con el fin de recordar. 

“El tiempo es un lienzo en el que los recuerdos se pintan con pinceladas de eternidad”.


Dr. Pablo Valdez

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