Cada especie tiene su rebaño
Porque la universidad es otra cosa.
El actor y productor de cine y teatro, Juan María Almonte, un luchador que, como muchos otros compañeros nuestros de travesías, proviene del subsuelo, en una entrevista reciente con la comunicadora Miguelina Terrero, emitió respuestas contundentes sobre su antes, durante y después, dentro y fuera del cine, llamando la atención cuando ante una de las preguntas que protagonizaron el encuentro de referencia, manifestara su afirmación de que, citamos:
“No me interesa ser parte del rebaño”.
Aunque el origen de la acepción de referencia es perceptivo, por ubicarse en el entorno de determinados grupos de naturaleza animal, es aplicable humanamente, en la expresión voluntaria, cuando se prefiere ser excluido, para mantenerse incólume y no ser salpicado con la llovizna de la descomposición social que permea en algunos conglomerados.
Es que ciertamente, la participación integral en un ambiente donde habita la desconfianza, producto de una práctica probatoria de deslealtades, produce una extremada “ignorancia de la cuestión”, que origina una inestabilidad psicológica que, a la larga, termina en un estado anímico de alta peligrosidad.
“Es preferible un momento de dificultad extrema que obligue a la liberalización de la frustración producida, que un estado de espera de una acción que podría causar una frustración sin retroceso, pero que nunca llega”. El camino de la desconfianza es el más tortuoso. Este, origina la mayor desesperación en quien ha depositado esperanzas de lealtades y las ocurrencias del entorno, lo pone a la expectativa de la veracidad.
Comentarios
Publicar un comentario