Cuando el respeto se irrespeta
Porque la universidad es otra cosa
Probablemente en muchos, se originan decepciones y hasta frustraciones imperecederas cuando con las más sanas de las intenciones, se aceptan propuestas y luego, éstas, son utilizadas para la subestimación y la sub valorización alejadas de la condescendencia, que debería ser la imagen de la dignidad.
No se debe perder de vista, que cuando el brillo es propio, no hay ningún producto de la oscuridad que lo pueda empañar, aunque cuando la intención no es malsana, se puede lograr un brillo compartido, exento de reacciones adversas que podrían alejar toda posibilidad de comprensión en el futuro.
La retroalimentación positiva ante cualquier propuesta, debe gozar de un profundo respeto y nunca, debería ser utilizada para dañar un camino que puede ser armonioso basado en la admiración del comportamiento y mucho menos, en un espacio, que lo define la percepción de una intelectualidad ganada con respeto, que vislumbra hasta en la oscuridad, toda intención de propuesta y detecta el porqué de lo que se dice y de lo que se hace.
Al final, ha de evitarse el tradicional pisotón del posible mal bailador, cosa ésta que solo se logra cuando hay la suficiente paciencia para salir a bailar oportunamente, aunque la orquesta interprete la canción de más larga duración.
Obviamente que, lo mejor que puede ocurrir cuando hay cierto vilipendio de instrucciones premeditadas, es rogar, para poder seguir alejado del rebaño y marcar la diferencia.
Una forma muy común de irrespeto es la desconfianza y suele pasar desapercibida
• Walter Riso
Dr. Pablo Valdez
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