El pasado debe morir para dar paso al porvenir

Porque la universidad es otra cosa.

Julius Henry Marx, más conocido como Groucho Marx, fue un actor, humorista y escritor estadounidense, conocido principalmente por ser uno de los miembros de los hermanos Marx, manifestó en una ocasión:

“Encuentro la televisión muy educativa. Cada vez que alguien la enciende, me retiro a otra habitación y leo un libro”.

A pesar de que siempre y en cada momento en que tengo la oportunidad de coger un libro, olvido que existe un artefacto llamado televisión, pero, La Libreta Negra, nombre de la última película de Netflix que robándole tiempo a la lectura y deteniéndome en el tiempo, decidí ver a través de la pantalla chica.  Fue por recomendación de una maestra amiga del área de filosofía y cómo la filosofía es obra de grandes pensadores, ¿cómo no asumir el reto?

Aunque no considero la cinta de extraordinaria realización, ni valoro con altas calificaciones a los actores que participan en la misma por el hecho de que la trama, refleja lo que ocurre en el mundo de la contemporaneidad que ya conozco y que a veces, hasta me hastía, me detuve frente al televisor y ahí hubo, precisamente, una frase que me llamó poderosamente la atención:

“El pasado debe morir para dar paso al porvenir”.

A menudo nos encontramos con situaciones que nos crean resabios y animadversiones. El accionar del otro, origina en nosotros, cambios de actitudes que dejan entre ver, la ambivalencia de nuestro comportamiento.

Todo es asunto de naturaleza. Cuando le damos paso a una reacción adversa, que permanece en el tiempo y nos olvidamos del perdón, sufrimos y estamos olvidándonos de que el que no olvida, es el que sufre y es el que se queda en el pasado, por no entender esa filosofía que reza:

“El pasado debe morir para dar paso al porvenir”.

El porvenir, tiene una verdad insoslayable que no debemos olvidar, y es que, su construcción depende de que hayamos capitalizado las experiencias del pasado, que, al morir en nuestras interioridades, abre la puerta en el presente, por donde entraríamos a un futuro promisorio.

Cuando se vive dentro del cuello de botella que se origina por la memoria de la obsolescencia, que debe separar lo ocurrido por lo que ocurre, perdemos el tiempo necesario para construir lo que, en el futuro, ha de suceder.

"Un gran error es arruinar el presente, recordando un pasado que ya no tiene futuro"

Elucubrando por la vía del conocimiento 

“¿Por qué vivir en él, si lo ideal, mirando al futuro, es aprender de él”?


Dr, Pablo Valdez.

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